lunes, 8 de noviembre de 2010

una flor roja con un tallo verde

Una vez un niño pequeño fue a la escuela. La escuela era grande, pero cuando el niño vio que podía ir caminando hasta su clase desde la puerta de entrada, se puso feliz y no le pareció tan grande como al principio.
Una mañana, cuando hacía poco que estaba en la escuela, la maestra dijo: -Hoy vamos a hacer un dibujo.
-Bien- pensó él, porque le gustaba mucho dibujar. Podía dibujar leones, tigres, gallinas, vacas, trenes y barcos. Entonces, tomo su caja de lápices y comenzó a dibujar.
-Esperen! – dijo la maestra – No es hora comenzar! Y el espero a que todos estuviesen listos.
-Ahora vamos a dibujar flores – dijo la maestra.
El niño entusiasmado comenzó a hacer bonitas flores con lápiz rojo, naranja y azul.
-Esperen! Yo les mostrare como se hace. Se hace así! – dijo la maestra- ahora pueden comenzar!.
El niño miro la flor de la maestra y luego miro la suya. La verdad es que le gustaba más su flor pero no se lo dijo a nadie. Simplemente guardo su papel e hizo una como la de la maestra. Era roja con el tallo verde.
Así, el niño aprendió a esperar, y a observar  y hacer las cosas como la maestra. El ya no hacia las cosas por sí mismo.
Entonces sucedió que el niño y su familia se mudaron a otra ciudad y el niño tuvo que ir a otra escuela. Esta, era mucho más grande que la primera. Para llegar a su sala tenía que subir la escalera y caminar por un corredor.
El primer día de clases, la nueva maestra dijo: - Hoy vamos a dibujar!
El niño espero a la maestra para que le dijera como hacerlo, pero ella no dijo nada.
Después de un rato la maestra se le acerco y le pregunto: - ¿No quieres dibujar?
-Si- dijo el niño- pero, ¿Qué vamos a hacer?
-Yo no lo sé hasta que tu no lo hagas- dijo la maestro.
-¿Cómo lo hago? – pregunto el niño.
-Como tú quieras - dijo ella.
-¿Y de cualquier color? – pregunto él.
-De cualquiera- respondió ella – Si todos hicieran el mismo dibujo y usaran los mismos colores, ¿cómo podría saber yo quien hizo que y cual es de quien?
-No se- dijo el niño. Y comenzó a dibujar una flor roja con un tallo verde
Helen buckley

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